
Durante el embarazo, pueden surgir complicaciones que afecten el desarrollo del bebé, provocando malformaciones o una formación incompleta de ciertas estructuras, como las del oído. La microtia y la atresia son ejemplos de este tipo de alteraciones; de hecho, entre el 80% y el 90% de las personas con atresia aural presentan pérdidas auditivas de moderadas a severas en el oído afectado.




La microtia puede causar pérdida auditiva, sobre todo cuando existe atresia o estrechamiento del conducto auditivo, así como afectar la imagen corporal y la comunicación. En algunos casos, se asocia con otras malformaciones, aunque esto ocurre con menor frecuencia. Las consecuencias funcionales son:
Puede existir ausencia o estrechamiento del canal auditivo, lo que causa pérdida auditiva conductiva. Incluso con canal intacto, una oreja malformada puede no transmitir el sonido adecuadamente.
La pérdida auditiva, incluso leve, puede afectar el desarrollo del habla y el lenguaje en la infancia. Por eso, las pruebas auditivas tempranas son esenciales para garantizar una comunicación saludable y oportuna.


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